Rütrafe Juan Huichicoy obtuvo Sello Artesanía Indígena con tocado williche
Pieza tejida a telar con incrustaciones y colgantes de plata y metal fue una de las 15 obras seleccionadas de siete regiones del país, realizadas por exponentes de la artesanía de los pueblos Aymara, Mapuche, Kawésqar, Yagán y Rapa Nui, las cuales fueron reconocidas por el Ministerio de las Culturas junto al Programa de Artesanía UC.
En una nueva versión del Sello Artesanía Indígena, el rütrafe Juan Huichicoy Chicuy de la localidad de Los Molinos, en la costa valdiviana, fue uno de los seleccionados con su pieza “Trarilonko williche también llamado painen o painel”. En total fueron 15 las obras (10 ganadoras y 5 menciones honrosas) que recibieron el reconocimiento otorgado a exponentes de la artesanía de los pueblos Aymara, Mapuche, Kawésqar, Yagán y Rapa Nui.
El Sello, que ya completa siete versiones, es entregado por el Ministerio de las Culturas, las Artes y el Patrimonio a través de la Subdirección Nacional de Pueblos Originarios del Servicio Nacional del Patrimonio Cultural, en colaboración con la Pontificia Universidad Católica de Chile, a través de su Programa de Artesanía.
“Como Estado estamos comprometidos con el resguardo y la puesta en valor de la labor invaluable de los cultores y las cultoras, con acciones concretas, tanto con programas de reconocimiento de su trabajo como también con políticas públicas y gestiones, por ejemplo, la que permitió que la alfarería de Quinchamalí y Santa Cruz de Cuca haya ingresado a la lista de salvaguarda urgente de Unesco”, dijo la subsecretaria del Patrimonio Cultural, Carolina Pérez Dattari.
José Ancan, subdirector de Pueblos Originarios del Ministerio de las Culturas, las Artes y el Patrimonio, valoró esta instancia de reconocimiento. “La artesanía tradicional indígena es la continuidad de una línea de transmisión de conocimientos que proviene desde muy lejos en el tiempo y que en la actualidad se mantiene como una señal de persistencia y determinación, pese a todas las adversidades. El Sello Artesanía Indígena intenta ser una demostración y un incentivo a esta huella milenaria”.
Pieza en desuso
El tocado creado por Juan reúne en su confección dos técnicas: tejido y orfebrería, ambas aprendidas por él desde los 13 años. La base está tejida en telar con lana de oveja teñida, mientras que para los llef-llef se utilizaron monedas antiguas de un peso, plata y alpaca. La presencia de este último material tiene también una razón. “Con la alpaca quise demostrar que el pueblo mapuche está también empobrecido y actualmente una lamgnien no podría comprarse u obtener este trarilonko”, puntualizó.
A partir del trabajo en metal creó los chollol (conos), rengi (tubos) y llef-llef, estos últimos inspirados en las gnefün (avellanas) y que en algunos territorios pueden representar las escamas de los pescados y en otros a las culebras.
Juan explica que el painel es un trarilonko williche ya casi en desuso, pero que aún puede verse escasamente en ceremonias de comunidades de Lanco, Panguipulli, Loncoche, Villarrica y Pucura, entre otros. Agrega que su uso se ha visto desplazado por lo complejo de su elaboración -él mismo demoró dos semanas en la pieza- y el alto valor monetario que puede alcanzar, avaluado en 2,5 millones de pesos. “Es difícil de hacer, tiene harto trabajo y como el mundo hoy exige que todo sea rápido, se ha perdido el uso y también la confección de esta pieza. Por eso también quise rescatarlo y esa fue una de mis motivaciones para hacer este trabajo”, señaló.
Agregó: “También mi motivación fue tener más voz, poder llegar a personas que no están conectadas con su parte mapuche. Me interesó que ese tipo de gente, que a visión de uno está un poco perdida, tenga también la opción de conocer algo que probablemente sea de su familia antigua. Mi motivación principal fue la difusión que se le da a este tipo de trabajos”.
Sobre sus inicios, Juan comentó: “Empecé a los 13 años a hacer joyas y a tejer. Con el tiempo mis abuelos me enseñaron el significado de los dibujos, el diseño, las formas y los nombres; ellos me ayudaron a entender el trabajo”. Respecto a su forma de dar a conocer su oficio, puntualizó: “Lo difundo a través de redes sociales. La gente me contacta o va a mi casa y juntos creamos una pieza porque esa es la idea de la joya mapuche, conversar y hacer una joya que represente a la persona. Trabajo principalmente para gente mapuche, hago un trabajo personalizado, que tiene un carácter no de artesanía, para nosotros son objetos utilitarios, representan nuestra vida mapuche, nuestra familia”.
Obras ganadoras
En la región de Tarapacá fue reconocida la artesana del pueblo Aymara, Adriana Mamani Castro, de Pisiga Carpa, en la comuna de Colchane. En la región de Valparaíso fue distinguido el artesano del pueblo Rapa Nui, Andrés Pakarati Novoa, residente en Hanga Roa.
Cuatro artesanos mapuche de la región de La Araucanía obtuvieron el reconocimiento: María Luisa Marican Queupán, del sector de Lago Budi, en la comuna de Saavedra; Nelly Calbulao Calbulao, de la comuna de Lautaro; Erika Colihuinca Quintrel, de la comuna de Nueva Imperial; y Víctor Lemun Antimil, de la Comunidad Ignacia Ñancurrai, sector Pulmahue, en la comuna de Padre las Casas.
En la región de Magallanes fueron galardonadas Claudia González Vidal, artesana yagán de Puerto Williams, comuna de Cabo de Hornos; y Luisa Caro Pérez, artesana kawésqar de Puerto Natales. A ellas se suman Jorge Medel Escalona y Sofía de la Peña Ulloa, pertenecientes al pueblo Mapuche, de la comuna de El Bosque en Santiago, región Metropolitana.
Fueron reconocidas como menciones honrosas las obras de Marco Paillamilla Ortiz, de la comuna de Temuco; Katerine Mellado Caniullán, del sector de Puralaco en la comuna de Toltén, región de La Araucanía; el artesano rapa nui Tevo Pakarati, región de Valparaíso; Jennifer Torres Palacio de la comuna de Cañete, región del Biobío; y Alfonso Cárcamo Paredes, artesano kawésqar de Punta Arenas, región de Magallanes.